El 29 de junio de 1914, el colegio de Nuestra Señora del Sagrado Corazón abría por primera vez sus puertas. Los días 27 y 29, profesores, personal de administración y servicio y hermanas hemos conmemorado de manera especial estos 100 años de historia con la celebración de la Eucaristía en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús y con la adoración eucarística el domingo 29. Compartimos las palabras de inicio de la Eucaristía.
Hay un himno que se canta en la fiesta del Sagrado Corazón que dice así:
Los
cielos y la tierra en su grandeza
proclaman
tu Palabra Dios de Amor,
sus ecos
en salmodia nos repiten:
‘Dios
tiene corazón’.
Nosotros
estamos aquí para unirnos a este canto y decir con nuestras vidas: “DIOS TIENE
CORAZON”.
¿Por qué?
Porque
HOY, estamos siendo testigos de un gran acontecimiento. Lo hemos escuchado,
cantado, celebrado hasta la saciedad a lo largo de este curso: celebramos
nuestro centenario.
Sin
embargo, HOY es un día especial. Nosotros, TODOS Y CADA UNO de los que estamos
AQUÍ tenemos un privilegio y un reto: tomar en nuestras manos la antorcha que
Madre Carmen dejó prendida en las hermanas que han ido pasando por Calasparra.
En
nuestras manos está ese RETO, sobre todo, el de SER FAMILIA.
No es
casualidad que HOY estemos aquí; con nuestros nombres y
apellidos, también con nuestra propia historia personal.
El estar
AQUÍ, en esta PORCIÓN, en esta PARCELA de Calasparra no es solo fruto de la
decisión de un traslado o de un contrato. ESTAMOS AQUÍ porque JESÚS NOS HA
ELEGIDO. Y NOS HA ELEGIDO PARA SER UN SOLO CORAZÓN.
Como somos
cada uno. Con nuestra forma de pensar, con nuestras relaciones interpersonales…
¡Gracias a Dios no somos iguales! ¡SOMOS DIFERENTES!
Y aquí es
donde cobra fuerza nuestra UNIÓN, donde cobra IDENTIDAD NUESTRO COLEGIO.
Dice Saint
Exupery en el Principito que lo esencial es invisible a los ojos y
que solo se ve bien con el corazón.
Jesús nos invita HOY a dejar a un lado, o mejor dicho, a integrar
en nuestra historia colectiva, lo aparente, lo que parece evidente, lo
superficial para dar un SALTO A ESTE RETO DE SER UN SOLO CORAZÓN EN SU CORAZÓN.
Sintámonos
elegidos, amados, plenamente amados en nuestra pequeñez y en nuestra grandeza.
Y elevemos
un CANTO DE ACCIÓN DE GRACIAS por estos momentos en los que también don Julián
ha tenido mucho que ver con su disponibilidad al servicio de nuestra comunidad
educativa.
Como
tantas veces, Él hoy nos trae al Señor. Él es en verdad el DIRECTOR, EL
TITULAR, EL MOTOR Y LA FUERZA DE NUESTRO COLEGIO.
Bajo su
mirada, en su Corazón nos ponemos.